Pollitos de colores, otra crueldad

Publicado el 15 marzo, 2013 | Por Iván Cortés | Alerta Animal, Vida perra

Cuando yo era niño iba con mi madre al “Piojito” Así se llamaba el mercado ambulante que vendría a ser algo así como el doble gaditano del rastro de Madrid.

En el Piojito vendían de todo desde aceitunas, pijamas, bragas, pasando por algún que otro animalito, es cierto que era una de los puestos que más me gustaban. Desde mi ojos de niño no alcanzaba a ver la crueldad que se escondía en aquellas prácticas, peces de colores en bolsas de plástico, minúsculas tortuguitas y el protagonista de estos puestos como no podía ser de otra manera, el pollito pintado de colores.Pollitos-de-colores

Los padres compraban estos pollitos a los niños para que jugaran con ellos, en el fondo debían saber que no durarían mucho, porque con un poco de lógica podrías deducir que si el pollito sobrevive al cruel teñido obtendrás una gallina adulta y una gallina adulta no es para tenerla en un piso precisamente.

Ya hace años que no piso el piojito, quizás más de diez y no quiero imaginar que aún se permitan estas cosas. El video es de Mexico, pero estoy seguro que también se podría grabar aún en algún pueblo o ciudad española.

Estos hechos deben ser denunciados desde el conocimiento que ahora poseemos gracias a las redes, ahora ya puedes ver el proceso. Ya no puedes decir, es que pensé que pintarlo de verde no le iba a hacer daño, comparte este post para que cada vez se sepa más sobre este tema.

Un pollito nunca será un juguete.

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El Autor

Iván Cortés
Locutor, humorista, apasionado de los animales. Después de tantos años dedicados al arte de expresar, acabe recalando en el programa “Como el perro y el gato” de Onda cero. “Dios nos crea y el viento nos amontona”

One Response to Pollitos de colores, otra crueldad

  1. vippet comentó:

    Lo cierto es que de pequeño, hace mucho ya de eso, me regalaron unos pollitos de colores que me encantaban. No tuvieron un final feliz desgraciadamente. Aunque nada tuvo que ver con el hecho de estar tintados.
    Hoy no los compraría de ninguna de las maneras.

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